El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha asegurado que la cumbre del G-20, clausurada en Cannes, ha conseguido encaminar "avances" para afrontar la crisis de la deuda en la eurozona.

En una rueda de prensa a la clausura de la cumbre, Obama ha citado entre esos progresos la decisión de Italia de invitar al FMI --aparte de la UE-- a supervisar su proceso de reformas, el camino para resolver la situación griega y la identificación de herramientas para "apoyar" el plan de rescate europeo.

El presidente estadounidense considera que la Unión Europea ha "sentado una base sobre la que continuar" el trabajo contra la crisis y que cuenta "con todos los elementos necesarios para el éxito". Esto es, un cortafuegos para proteger del contagio a las economías más débiles, capitalización de los bancos, un camino sostenible para Grecia y cambios estructurales. Obama cambia de actitud respecto de semanas anteriores en las que mostró sus dudas sobre la política económica de la UE.

Según Obama, el resto de la comunidad internacional está decidida a apoyar a Europa en su lucha contra la crisis, pues si la economía de la UE no crece ello perjudicará a la economía global. La comunidad internacional "está dispuesta a asistir para asegurarnos de que se protege a la economía global en tanto Europa resuelve" su crisis, señaló Obama.

El presidente estadounidense considera que el plan de rescate envía una "firme señal" de que el proyecto europeo "está vivito y coleando" y los países mantienen su compromiso con la divisa común, el euro.

"Si ese mensaje se envía, se evita la crisis, pues parte de esta crisis es psicológica. Italia es un país con enormes activos, ha mantenido deuda desde hace tiempo pero ahora mismo los mercados están nerviosos. La invitación al FMI es un ejemplo de medida para crear confianza del tipo que necesitamos", explicó el presidente de EEUU.

Las economías de mayor tamaño del mundo acordaron un Plan de Acción para hacer frente a la crisis europea y promover también el crecimiento y el empleo en todo el mundo. En este sentido, Obama alaba puntos como la inclinación china a permitir una mayor flexibilidad del tipo de cambio de su moneda, el yuan, lo que, considera, representará un "paso crucial para estimular el crecimiento".