Coincidiendo con la conmemoración de sus 50 años de existencia, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a los 34 países más ricos del planeta, lanza un nuevo indicador para medir el bienestar y el progreso más allá de su producto interior bruto (PIB). Bautizado "Vivir mejor", el indicador establece 11 criterios: vivienda y condiciones de vida; la renta familiar y el gasto en sanidad; el acceso al trabajo; la calidad de las relaciones humanas; la educación; el medio ambiente; la gobernanza (combinación de transparencia gubernamental y compromiso cívico); la salud de los ciudadanos; la seguridad; bienestar y satisfacción general; y la conciliación entre el trabajo y la vida privada. La OCDE no establece un ránking global de países teniendo en cuenta todos estos elementos. Pero sí evalúa los criterios de cada país basándose en datos objetivos, como la renta, el acceso a la enseñanza primaria o la tasa de obesidad, y en estudios de opinión. A causa del impacto de la crisis, España no sale en muy buena posición. La peor nota la saca en acceso al trabajo con una puntuación de 1,8, que le lleva a ocupar el puesto 34 -el último- en relación a los demás países. La primera plaza la ocupa Noruega, con un 9,3. Mientras en vivienda obtiene un 8,3 (novena plaza), en seguridad un 8,5 (puesto 16) y en la calidad de las relaciones humanas un 8,1 (puesto 12), en educación suspende con un 4,2 y vuelve a salir en el furgón de cola (puesto 30). Los ingresos son también motivo de preocupación con una nota de 2,5 (puesto 20) y el sentimiento de bienestar y satisfacción es discreto: recibe una puntuación de 4,8 (puesto 24). En medio ambiente España saca un 6,6 (puesto 24), en salud un 7,4 (puesto 13) en gobernanza un 5,6 (puesto 16) y en conciliación un 6,9 (puesto 22).