El secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, afirmó ayer en Santander que para la sostenibilidad del sistema de pensiones además de incrementar la tasa de natalidad, «España necesita tener inmigrantes». La pirámide demográfica española muestra un progresivo envejecimiento de la población que augura un futuro incierto para el sistema de pensiones. Cada vez habrá menos personas en edad de trabajar para pagar las pensiones de un colectivo creciente, sobre todo cuando se jubile la llamada generación del baby boom, que nació en los años 60 y los 70.

El aumento de la natalidad es útil e imprescindible para garantizar las pensiones a largo plazo. Pero «a corto y medio plazo se necesita más inmigración», concluyó Granado antes de inaugurar el curso La Seguridad Social ante la digitalización y la jubilación del ‘baby boom’: claves para su sostenibilidad financiera y social en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Por eso, saliendo al paso de las opiniones políticas que abogan por frenar la llegada de inmigrantes, el secretario de Estado apeló a «los que quieren defender a los pensionistas y a la vez oponerse a tener una política razonable de inmigración» ya que, en su opinión «están faltando a la verdad y engañando a las personas». «Tenemos que ser serios», dijo.

AUTORIDAD FISCAL / La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) también fía al aumento de la inmigración el poder consolidar un futuro del sistema de pensiones menos dramático del que se desprendería de la actual pirámide demográfica. Las estimaciones de la AIReF elevan hasta 270.000 personas la entrada neta de inmigrantes en España cada año hasta el 2050 (1,5 veces más que las 184.000 estimadas por el INE). Ello permitiría mantener la población en edad de trabajar en el entorno de los 30 millones de personas y subir del 10% al 15% la tasa de población inmigrante.

Se prevé que la proporción de personas dependientes respecto de las que están en edad de trabajar (tasa de dependencia) pasará de forma inevitable desde el entorno actual del 25% a una horquilla entre el 45% y el 60% en el 2050. El aumento de la inmigración podría ayudar a situar la tasa de dependencia de dentro de 30 años en la parte más baja de esa horquilla.

ESCASO APOYO A LAS FAMILIAS / Respecto al necesario aumento de la natalidad, Granado subrayó que una política «auténticamente democrática» es aquella en la que «la gente pueda tener los hijos que quiera tener» y puso de relieve la escasez de apoyos a las familias españolas.

«Siempre que salimos a los foros europeos se dice que España es el país de Europa que tiene la peor política de apoyo a las familias, la mas exigua», lamentó el secretario de Estado. Con todo, Granado enfatizó que «la base del sostenimiento del sistema de pensiones está en pagar mejores salarios». La favorable evolución de la recaudación por cotizaciones sociales, con un aumento del 8% en los que va de año, obedece en buena parte a la mejora de los sueldos impulsada por el alza del salario mínimo interprofesional (SMI) y por el aumento de las bases máximas de cotización.

«Ningún escenario de sostenibilidad es posible sin prever una evolución paralela de ingresos y gastos», dijo Granado antes de apelar a la necesidad que en cuanto haya un nuevo Gobierno se retome el diálogo para lograr acuerdos tanto en las mesas sociales como entre los representantes del Pacto de Toledo.

Una parte importante del debate -situó el secretario de Estado Granado- está en la naturaleza de la financiación de las prestaciones familiares, de muerte y supervivencia, así como de los denominados «gastos impropios» de la Seguridad Social (financiados mediante cotizaciones sociales). «Tenemos que definir las prestaciones que queremos dar y buscar la financiación que permita abonarlas», señaló Granado. Y apeló al diálogo para concebir un modelo que permita un aumento de los ingresos del sistema, acorde con las nuevas formas de trabajo y la naturaleza de las prestaciones.