Ono, la principal operadora de cable de España, anunció ayer la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que supondrá el despido de 1.300 trabajadores, casi el 30% de su plantilla, formada por 4.300 personas. La compañía, que atribuye la decisión a la necesidad de "hacer frente al drástico empeoramiento del entorno macroeconómico", tanto por el recorte del consumo privado como por la paralización del sector de la construcción, comenzará a negociar con los sindicatos la próxima semana. Ayer, UGT y CCOO consideraron "injustificado" el ERE, que Ono se había comprometido a no presentar hasta otoño del 2009, y lo atribuyeron a la "mala gestión". UGT avanzó que analizará "al milímetro" la documentación del ERE y que emprenderá las acciones legales oportunas "para impedir este atropello". También el sindicato CCOO se mostró dispuesto a hacer todo lo posible para que se retire el expediente, al que calificó de "insulto" para los trabajadores.

Ono tiene actualmente 3,8 millones de clientes sobre un total de 7 millones de accesos, que suponen el 8,7% del mercado total de telefonía fija en España, el 16% del de internet y el 12,8% de la televisión de pago, según la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. La operadora, que tuvo un beneficio operativo (Ebitda) de 308 millones de euros en el primer semestre del 2008, arrastra una deuda neta de 3.866 millones.

DESPEGUE FULGURANTE Ono, propiedad de varias sociedades de capital riesgo e inversión, ha tenido un despegue fulgurante. Comenzó a operar en 1998 y en el 2005 compró Auna, lo que la convirtió en el gigante del cable en España. Su principal mercado han sido las urbanizaciones nuevas, donde podía competir en igualdad de condiciones con la ADSL, más extendida al no requerir una red nueva.