El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PAM) anunció ayer la puesta en marcha de un plan estratégico de cuatro años de duración destinado a atajar la crisis de hambruna que sufren los países pobres provocada por el aumento de los precios de los alimentos. La directora del PAM, Josette Sheeran, definió el plan como la solución 80-80-80: "Gastar el 80% de nuestro presupuesto en comida en los países en vías de desarrollo; emplear el 80% de nuestro transporte por tierra en dichos países y contratar allí al 80% de la plantilla".