Cuando solo quedaban cuatro días para que se librase la batalla por el futuro de los supermercados Dia, el magnate ruso Mijaíl Fridman dio el viernes una vuelta a su estrategia con una ampliación del plazo de la oferta hasta el próximo domingo, 6 de mayo (incluido). Letterone, el fondo de inversión que ha lanzado la opa, se escuda en que hay que dar suficiente tiempo a los accionistas para asimilar los malos resultados en el primer trimestre -una caída de las ventas comparables del 4,3% y un aumento de la deuda financiera neta en 250 millones-, pero detrás de esta decisión está la baja aceptación de la oferta.

Si bien desde el entorno del grupo aseguraron esta semana que ni siquiera se sopesaba la posibilidad de que la opa no tuviera éxito, lo cierto es que el fondo del magnate ruso no lo está teniendo fácil, como demuestran los múltiples esfuerzos que ha hecho en los últimos días para convencer a los accionistas. La aceptación de la oferta hasta hace tan solo una semana era pequeña y solo sumaba el 3,3% del capital (el 4,6% de las acciones a las que se dirige) y Fridman necesita el 35,5%.

Un porcentaje que está siendo muy difícil de alcanzar. Letterone decidirá antes del martes reducir la condición de aceptación mínima actual (220,9 millones de acciones o el 35,5% del capital) al número de acciones necesario para sumar con las acciones de las que ya es titular más del 50% del capital (130 millones de acciones o, lo que es lo mismo, el 21% del capital).

Importe equitativo / Para ello, Fridman debería ofrecer un precio equitativo, esto es, un precio no inferior al pagado por los títulos de Dia en los 12 meses previos -en octubre del 2018 compró acciones por 3,73 euros-. Pero el precio de 0,67 euros es inamovible para el magnate ruso. Para evitar ese precio equitativo, Fridman valora acogerse al artículo 9 de la ley de opas que establece como excepción que la sociedad se encuentre «de forma demostrable en serias dificultades financieras». Algo que tendría que aceptar la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Más del 15% de la empresa está en manos de fondos de inversión, que en las últimas semanas han estado comprando y vendiendo participaciones de Dia, como el fundador de la firma de inversión Boussard & Gavaudan Partners, que ha duplicado su participación en el último mes hasta el 4,69%, seguido de Credit Suisse, con el 3,5%, y BG Master Fund Icav, con el 3,5%.

RESISTENCIA DE LOS PEQUEÑOS / También figuran el Banco de Nova Scotia (1,7%), el fondo Melqart Asset, a través de dos vehículos inversores con el 1,1% del capital cada uno, y el fondo Citadel Equity, con el 1,1%. Además de otros que no tienen declarada su participación en el regulador. Los fondos suelen acudir a este tipo de operaciones, por lo que parece más fácil conseguir el 21% y, sin embargo, más arriesgado el 35,5%, que requeriría el apoyo de un buen puñado de minoritarios.

Los pequeños accionistas han puesto resistencia a los planes de Fridman desde el inicio. La evidencia se dio primero con la ampliación del plazo de aceptación de la oferta del 23 al 30 de abril para sortear la Semana Santa; después, con los intentos de la empresa por recordar que la única opción para evitar la liquidación era vender -con carta incluida del consejero delegado a los accionistas-, y lo último ha sido una reunión de Letterone con una selección de accionistas minoritarios que se produjo el pasado viernes.

Hasta el mercado ha dado señales de alerta, con una caída de las acciones del 11% desde que decidió ampliar el plazo de la opa el 17 de abril hasta el 25. Esta situación se revirtió el viernes, con un repunte del 3,21% (0,60 euros), pero las nuevas intenciones de Fridman se anunciaron cuando el parquet ya estaba cerrado.