El sector del automóvil se enfrentó ayer de cara a la crisis. Con las ventas, y en consecuencia la producción, todavía en niveles bajos pese al repunte por las subvenciones a los compradores, Opel y Ford pactaron 1.500 despidos, que se suman a los acuerdos sobre los sacrificios que exigen las multinacionales para mantener las fábricas en España. Con la amenaza de cuatro días de huelga y las prisas por firmar la venta de Opel con General Motors, el futuro propietario, el grupo austriaco-canadiense Magna, llegó ayer a un acuerdo con UGT y CCOO para reducir el recorte de plantilla en la planta de Figueruelas de 1.330 empleados a 900. El pacto, que ha de ser ratificado por la plantilla, prevé que el ajuste se lleve a cabo mediante bajas incentivadas y el resto, con prejubilaciones.

Magna y los sindicatos acordaron delimitar el alcance de recorte y dejar para una segunda fase la negociación de las indemnizaciones y el calendario, que estará en función del nivel de producción. Sin embargo, el pacto apela a "la implicación de las distintas administraciones públicas" en forma de ayudas a los trabajadores afectados, para rebajar la factura de Magna.

GARANTIA INDUSTRIAL El comprador de Opel ha suavizado el traslado de producción de Aragón a la planta alemana de Eisenach, que solo podrá aspirar al 28% del Corsa. Tanto UGT como CCOO usaron las cifras que les eran más favorables para justificar el pacto, al recordar que el ajuste inicial de Magna afectaba a 1.672 empleados, aunque la compañía lo redujo a 1.330.

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, tildó el pacto de "triunfo de la razón" y una muestra de que el esfuerzo conjunto de los trabajadores y las administraciones hace posible lograr "buenos resultados frente a una multinacional y al poderoso Gobierno alemán". Para su homólogo de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, falta conocer "la concreción del plan de ahorro que se plantea".

El ministro de Industria y mediador en el conflicto, Miguel Sebastián, subrayó que, tras el acuerdo, que garantiza la planta durante 10 años, el Gobierno central y el autonómico negociarán su aportación a la ayuda financiera europea de 4.500 millones para salvar Opel.

En el caso de Ford, el 75% de la plantilla votó a favor del convenio apoyado solo por UGT. El acuerdo prevé la salida de la fábrica valenciana de Almussafes de 600 empleados, de los que 400 volverán en un plazo máximo de tres años y 200 se prejubilarán. La compañía mostró su satisfacción con el resultado de la consulta, que conlleva el compromiso de mantener la planta hasta el 2013.