FRANCFORT. El constructor de automóviles alemán, filial de General Motors, pretende adaptar su actividad a la caída de la demanda con una reducción de la jornada laboral semanal de 35 a 30 horas, lo que supondrá un recorte de mil empleos. El grupo suspenderá la producción durante nueve días en su planta central, en Ruesselsheim. FRANCE PRESS