La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) afronta dividida su reunión de mañana en Viena con respecto al recorte de la oferta de crudo a partir del 1 de abril. La cotización del barril ha alcanzado cotas no vistas desde la guerra del Golfo en 1990. En España, los precios de los carburantes siguieron ayer al alza, al situarse la gasolina sin plomo de 95 octanos en 84,80 céntimos (141 pesetas) y el gasóleo A, en 71,60 (119 pesetas).

Uno de los países que más presiona a la OPEP para que renuncie o demore la retirada de un millón de barriles diarios es EEUU, principal cliente del cártel. La organización tiene un sistema de ajuste que lleva meses incumpliendo y el crudo ha subido por encima de los 30 dólares.

"Es evidente que hay países que aspiran a que el tope de cotización sea más elevado para ajustar la oferta", dice Juan Iranzo, director del Instituto de Estudios Económicos. El barril de Brent para entrega en mayo bajó ayer de 31,60 dólares en Londres, por la posibilidad de que la OPEP no reduzca su oferta.

DEMANDA DE CRUDO El exsecretario general de la OPEP, Alvaro Silva-Calderón, defendió el recorte previsto por la OPEP porque estima que el periodo estival hará caer la demanda en 2,4 millones de barriles y un exceso de oferta produciría un "desplome de los precios".

Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Jorge Segrelles, auguró ayer mayores incrementos del precio de la gasolina en los próximos meses por efecto del alza que está padeciendo esta materia prima en Estados Unidos. Aunque la cotización del barril de Brent y el estadounidense corren por caminos diferentes, Segrelles recordó que el precio del segundo siempre afecta a Europa. El problema que existe en EEUU con el proceso de refino augura una tendencia alcista de precios que puede llegar a los dos dólares por galón.