Incluso una vez superada la crisis y culminada la reestructuración del sistema financiero, las pequeñas y medianas empresas (pymes) van a tener dificultades para acceder a la financiación. El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, alertó ayer a la mayoría del tejido empresarial de que las puertas de los bancos ya no volverán a estar abiertas como antes.

La nueva regulación financiera internacional que se discute en el Comité de Basilea, advirtió, va a dar como resultado una "nueva banca" más prudente, lo que juzgó positivo y respuesta a un "clamor universal". Pero como contrapartida, alertó, estará "mucho menos dispuesta" a prestar a empresas con un perfil de riesgo que en el pasado era admisible. "Como se suele decir, no se puede sorber y soplar al mismo tiempo", remachó.

MEDIO PLAZO El problema es a medio plazo, ya que la fecha que se estudia para los nuevos requisitos a los bancos es el 2012. Pero el gobernador consideró clave que las autoridades, las compañías y la propia banca, piensen ya en alternativas "no bancarias" al crédito para los emprendedores y las medianas empresas. La financiación a través de los mercados de valores en España, dijo, está menos desarrollada que en otros países.

También tuvo advertencias para las propias entidades financieras, a las que reclamó que planifiquen con tiempo su adaptación a la nueva normativa. Ya han comenzado a captar capital de calidad, aunque algunas deberán hacer "esfuerzos" adicionales. Pero, añadió, aún no han afrontado la imposición de ratios de liquidez y de mayores recortes en el valor de sus activos.

TRANSPARENCIA Fernández Ordóñez admitió que, "con contadas excepciones", la banca está sobredimensionando su capacidad y saneando su balance, pero le pidió un esfuerzo mayor de transparencia. "La falta de información sobre la calidad de los activos y su cobertura puede llevar a que los inversores crean que la situación es mucho peor de lo que en realidad es", dijo.

En las mismas jornadas organizadas por Deloitte y ABC, Miguel Martín, presidente de la patronal bancaria (AEB), reclamó a las autoridades definir una estrategia ante la nueva regulación. Existe el riesgo, afirmó, de que a la banca comercial se la trate igual que a la de inversión, que es la que provocó la crisis.

El líder patronal defendió que, en las fusiones de cajas, las "palabras ya no sirven y hay que actuar". Las autoridades o las asociaciones confederadas, sugirió como pulla a su homóloga de las cajas (la CECA), deben solucionar el sobredimensionamiento del sector. Martín apoyó la reforma de las fusiones frías (SIP), pero advirtió que no son útiles para entidades inviables. Varias cajas lamentaron que no se haya permitido que la entidad central sea una agrupación de cajas.