La sección sindical de OSTA en la planta de General Motors en Figueruelas (Zaragoza) ha afirmado hoy que el acuerdo al que se llegó con Magna no es válido, que es insuficiente e incompleto y se debe renegociar con la multinacional desde el principio, atendiendo a criterios industriales. "Es imprescindible un giro de 180 grados del Comité Europeo de GM" y un ejercicio de reflexión de la mayoría del Comité de Empresa en Figueruelas "para defender en estos momentos que lo pactado con Magna no es válido", destaca OSTA en un comunicado.

En opinión de esta sección sindical, "todo lo anterior debe ser cuestionado", desde el plan industrial a las cifras de despidos, 900 en Figueruelas, y los ahorros que deben asumir los trabajadores. OSTA reafirma su rechazo al preacuerdo con Magna, más ante la situación actual, y que la negociación continúa abierta y debe plantearse con perspectiva global. Además, critica que mientras las cifras de despidos en Europa respecto a las previsiones de Magna se han rebajado con GM sustancialmente, en la planta aragonesa las 900 bajas "permanecen inalterables".

OSTA insiste en que las circunstancias ahora son muy diferentes, ya que GM mantiene la propiedad y sus directivos "son los que tienen la responsabilidad y la obligación de aportar los recursos para continuar". A juicio de OSTA, se debe confrontar con la propuesta de que la única solución sea aprobar un plan de ahorros, con la aportación exclusiva de la plantilla, tenga o no tenga como compensación la participación en el accionariado y en los beneficios de la empresa.

Más si cabe, agrega, cuando se desconoce el modo de materializar esa participación y "siendo sabedores de los artificios financieros" de GM "hasta en los años de mayor producción". OSTA exige que GM presente la totalidad del plan, donde se reflejen todos los aspectos de forma detallada: el industrial, la reestructuración de personal (con las condiciones y los plazos) y los ahorros (especificando los conceptos y las cantidades por trabajador).

"Sólo así -agrega- sabremos desde el principio dónde se quiere meter a los trabajadores". Para OSTA, la situación vivida en GM "es un claro ejemplo de cómo las empresas se aprovechan de la crisis" y el rechazo a esta actitud, en su opinión, no es suficiente con reivindicarla en la calle, sino practicarla con "posicionamientos contundentes, abandonando la tibieza imperante hasta el momento".