Los representantes del G-20, que reúne a países industrializados y en vías de desarrollo, alertaron ayer en Morelia (México) de los riesgos que amenazan el crecimiento económico mundial. La fuerte dependencia económica del comportamiento de Estados Unidos, el incremento de la deuda externa y la inestabilidad en algunas de las grandes economías mundiales --como Alemania-- fueron los problemas más citados por los titulares de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G- 20, entre los que se encuentra Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, el banco central estadounidense.

Greenspan, que ha viajado a México acompañado por el secretario del Tesoro de EEUU, John Snow, reconoció el débil crecimiento de la economía norteamericana en lo que va de año y aseguró que la inestabilidad ha estado muy asociada al conflicto de Irak y al alza de los precios del petróleo en los primeros meses del 2003.

PRESION A CHINA

La delegación estadounidense presionó a China para que devalúe el tipo de cambio de su moneda, el yuan, una de las razones del elevado déficit comercial estadounidense.

El G-20, creado en 1999, está integrado por EEUU, la UE, Argentina, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudí, Suráfrica, Corea del Sur, Turquía, Reino Unido y Australia.

OBJETIVOS DE LA REUNION

La reunión, que acabará hoy, se centrará en el análisis de mecanismos para impulsar la reactivación económica y en la "búsqueda de mecanismos para prevenir y aislar las crisis", aseguró en su discurso el ministro mexicano de Hacienda, Francisco Gil.

En la primera jornada de la reunión se abordaron también la financiación de los países en desarrollo y la mejora de las condiciones para llevar inversiones a las economías emergentes.