Los países miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI) se comprometieron hoy a tomar medidas para sanear las cuentas públicas y evitar problemas con su nivel de deuda, en medio de la crisis fiscal en Grecia. El Comité Monetario y Financiero Internacional (IMFC, en inglés), en el que están representados los 186 países miembros, manifestó en un comunicado, al término de una reunión, el compromiso "enérgico" de los gobiernos de "garantizar unas finanzas públicas sostenibles y abordar los riesgos de la deuda soberana".

El Fondo considera que el contagio de los problemas fiscales de Grecia a otros países es el principal riesgo que afronta la economía mundial. En su comunicado, el IMFC constató una aceleración del crecimiento económico a nivel mundial, pero dijo que para facilitarlo es necesaria la colaboración internacional. "Continuaremos el trabajo para retirar los estímulos económicos de cada país, con el reconocimiento del ritmo diverso de la recuperación y los efectos en otros países y regiones", dijo el Comité.

Además, manifestaron su intención de aplicar políticas económicas que lleven a una economía mundial "equilibrada y estable", al tiempo que evitan el proteccionismo. El Comité reconoció que la mejora de la regulación financiera "es una tarea clave, pero todavía incompleta". Al respecto, afirmaron su deseo de colaborar para aprobar nuevas normas que fomenten la estabilidad.

También animaron a la gerencia del FMI a continuar su análisis de "cómo el sector financiero puede hacer una contribución justa y sustancial a cubrir la carga del apoyo gubernamental extraordinario, al tiempo que se reduce la toma de riesgos excesiva". Con esa frase, se refirió a la propuesta del Fondo de aplicar dos impuestos sobre la banca internacional para pagar por futuros rescates y desincentivar la toma de riesgo que ha dividido al Grupo de los Veinte (G-20), los países más desarrollados y emergentes.

Estados Unidos, Francia y Reino Unido están a favor de la idea, mientras que Brasil y Canadá se han manifestado en contra. El Instituto de Finanzas Internacionales, que agrupa a los principales bancos del mundo, rechazó hoy la propuesta, con el argumento de que la existencia de un fondo para pagar por futuros rescates hará más difícil que los gobiernos dejen quebrar a los bancos, lo que es necesario para mantener la disciplina del mercado.