Pese a las últimas privatizaciones, un informe oficial presentado ayer por el ministro de Economía francés, Thierry Breton, confirma la delicada situación de la deuda pública francesa, que con 1,1 billones de euros representará el 66% del producto interior bruto (PIB) a finales de año. Un nivel muy superior al 60% al que limita el pacto de estabilidad europeo y que Francia debería alcanzar en cinco años gracias a medidas de austeridad draconianas.

La comisión designada para buscar una solución al problema bajo la dirección del presidente de la BNP, Michel Pébereau, advierte de que, si no se hace nada, la situación será insostenible y el potencial de crecimiento económico se reducirá al 1,5% anual. En el informe se preconizan tres medidas fundamentales para invertir la tendencia: mantener congelado el gasto público en valor --es decir, sin aumentar siquiera la evolución de la inflación--, reforzar el crecimiento para reducir el peso de la deuda y aumentar la venta de activos públicos no estratégicos.

En una primera reacción, el ministro de Economía se mostró convencido de que se puede bajar la deuda por debajo del 60% "como muy tarde a finales del 2012". Thierry Breton señaló que eso se puede lograr con la esta- bilización del gasto público o la cesión de activos.