Las petroleras de Rusia --Lukoil y otras-- y de Francia --TotalFinaElf--, que tenían preacuerdos de explotación de campos petrolíferos con el régimen de Sadam Husein, temen quedar al margen del reparto del petróleo del país, que posee la segunda mayor reserva del mundo. "Las nuevas autoridades revisarán los contratos firmados por Sadam en función de los intereses del pueblo iraquí y los rechazarán si son ilegales", explicó recientemente un representante de la oposición shií prooccidental.

La francesa TotalFinaElf y las rusas Lukoil, Zarubezneft, Mashinoimport, Stroytransgas o Tatneft, entre otras, serían las más afectadas. Todas ellas tuvieron en su día acuerdos de desarrollo de los campos petrolíferos más ricos del país, que significaron años de inversiones preparatorias para unas explotaciones a las que ahora no tienen la completa seguridad de tener un acceso privilegiado. También la compañía pública china CNPC resultaría afectada. Francia y Rusia son también los que más contratos aprobaron de 1997 al 2001 dentro del programa de la ONU Petróleo por alimentos , según datos de la ONU.

GUERRAS Y EMBARGOS

Ninguno de los contratos llegó a entrar en vigor por las sanciones de la ONU a Irak. Las grandes petroleras de EEUU y británicas, en razón de la participación de los ejércitos de sus países en la guerra, exigirán parte de este mercado, al que no tenían acceso antes. Muchos analistas prevén el desembarco de colosos como Britisth Petroleum (BP) o ExxonMobil y ChevronTexaco.

En todo caso, quedan pendientes cuestiones relacionadas con la seguridad jurídica hasta que el país no cuente con un gobierno estable que aporte fiabilidad a los contratos. "Es difícil que una petrolera decida invertir en un país en el que no hay ni siquiera un gobierno estable. Se trata de contratos a largo plazo que requieren seguridad jurídica y estabilidad", destaca un analista español.

SIN MEDIOS PROPIOS

Pero, sea como fuere, la intervención de petroleras foráneas será imprescindible, ya que Irak no tiene medios técnicos ni financieros para poner a pleno rendimiento su capacidad de producción. La participación extranjera se remonta a mediados de los 90, cuando Sadam negoció contratos con la antigua Elf francesa, la rusa Lukoil y la china CNPC.

Se trataba de contratos a 20 años que permitían a las compañías extraer el petróleo para cubrir sus inversiones y un porcentaje de sus costes de producción. Sadam Husein suspendió los acuerdos en el año 2000 para reconvertirlos en contratos limitados a 12 años, basados en el modelo iraní.

90% POR EXPLOTAR

Irak posee la segunda mayor reserva de crudo del mundo, después de Arabia Saudí. Los expertos estiman que el 90% de su potencial, que podría llevarle a superar las reservas que posee Arabia Saudí, está todavía por explotar. Según el Centre for Global Energy Studies (CGES), el país cuenta con 74 campos petrolíferos, de los que sólo una veintena están en producción. Las guerras y embargos paralizaron la exploración. Esta organización, cuyo director general es Fadhil Chalabi, antiguo secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y exresponsable del Ministerio iraquí del Petróleo, estima que las reservas de Irak doblan las actuales.

Pero las infraestructuras actuales, dañadas por años de guerras y embargos, requieren como mínimo unos 4.700 millones de euros (782.014 millones de pesetas) durante varios años para alcanzar la producción de 3,5 millones de barriles diarios anterior a 1990. Actualmente, apenas supera los dos millones de barriles.