El Parlamento de Grecia aprobó hoy de forma preliminar las nuevas medidas de austeridad que el Gobierno debe aplicar con el fin de recibir un nuevo tramo crediticio de los acreedores internacionales para evitar una suspensión de pagos. La medida salió adelante con el apoyo de la totalidad de los 154 diputados socialistas y el voto negativo de 141 de los 295 presentes en el Parlamento. Esta votación de la ley es previa a la definitiva de mañana, que se vota artículo por artículo y en su totalidad, pero permite calibrar los apoyos del Gobierno socialista de Yorgos Papandréu, que cuenta con una ajustada mayoría de 154 diputados de los 300 de la cámara.

Algunos diputados socialistas han discrepado de los recortes, por lo que Papandréu ha convocado un Consejo de Ministros extraordinario previo a la votación definitiva de mañana para cerrar filas y llamar a la unidad. Las nuevas medidas prevén enviar a la "reserva" hasta finales de año a 30.000 empleados públicos, recortes adicionales en salarios públicos y pensiones, al tiempo que se restringen los derechos de los empleados sujetos a los convenios colectivos y se reduce el salario mínimo a 500 euros. En juego está un tramo crediticio de 8.000 millones de euros de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional, que Grecia necesita en las próximas semanas, ya que sólo tiene liquidez hasta mediados de noviembre.

Grecia vivió hoy una de las mayores protesta de las últimas décadas, en la primera jornada de una huelga general de 48 horas contra las políticas de austeridad del Gobierno, y que resultó empañada en Atenas y en otras ciudades por disturbios violentos. Los enfrentamientos en Atenas entre radicales y policías se saldaron con 21 heridos leves, 15 de ellos agentes, que fueron atendidos por los servicios de emergencia. La policía detuvo a 25 personas. La protesta en la capital tuvo una afluencia de 120.000 personas según los sindicatos, mientras que la policía rebaja la cifra hasta los 70.000 asistentes.