La economía estadounidense sigue sin despegar, como demuestra el 6% de paro registrado en noviembre, la misma tasa que el pasado abril y la más alta desde 1994, según anunció el Departamento de Trabajo. La construcción, el comercio y, sobre todo, la industria redujeron sus plantillas más de lo esperado, con lo que el desempleo se disparó frente al 5,8% previsto.

El mes pasado se registró una pérdida neta de 40.000 puestos de trabajo. El sector industrial eliminó 45.000. Las fábricas, que llevan 28 meses con ajustes, se encuentran en su nivel menor de plantillas desde 1961.

"No se está creando empleo", explicó Carl Camden, presidente de la segunda mayor empresa de colocación temporal de EEUU, Kelly Services Inc. Sin el incremento de empleos la economía seguirá tambaleándose ya que no habrá dinero en los bolsillos de los consumidores, cuyos gastos suponen dos tercios de toda la actividad económica. "Estas cifras son un golpe total y dan la impresión de que la economía se hunde de nuevo", comentó un economista.