El aeropuerto de Barajas amaneció ayer prácticamente vacío en la zona desde la que partían los vuelos de la aerolínea Air Comet. Los cientos de viajeros afectados por el súbito cierre de la compañía aérea del presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, decidieron regresar paulatinamente a sus casas.

El último grupo de afectados por la insolvencia de Air Comet --cerca de una docena de colombianos-- que a primera hora de la tarde de ayer aún permanecía en el aeropuerto de Madrid-Barajas, acabó marchándose, persuadidos por funcionarios de la embajada de su país, ante la imposibilidad de viajar.

Todos ellos integraban la treintena de afectados, ecuatorianos y colombianos que a mediodía regresaron al aeropuerto y se agruparon frente a la cafetería de la sala de llegadas de la Terminal 1, para seguir reclamando su derecho a volar.

Representantes de las legaciones diplomáticas de Ecuador y Colombia se han acercado hasta el lugar para tomarles los datos, reiterarles que ya no hay más vuelos de Fomento y facilitarles la reclamación judicial contra la aerolínea española, que cerró el día 21 por la noche dejando en tierra a miles de pasajeros, que en su mayoría son inmigrantes latinoamericanos.

La aerolínea propiedad de Díaz Ferrán ha presentado un expediente de regulación de empleo para la totalidad de la plantilla, 666 trabajadores, y anunció la presentación de un concurso de acreedores, antigua suspensión de pagos, para afrontar unas deudas estimadas en torno a los 100 millones de euros (unos 144 millones de dólares).