Pekín ha relevado a EEUU como primer socio comercial de Japón, Corea del Sur, Australia y Brasil. Arabia Saudí ya destina más petróleo a China que a EEUU.

Los lazos con el mundo en desarrollo incomodan a Occidente, por la certeza de un nuevo jugador con el que discutirse los recursos naturales que hasta ahora acaparaba. Y el jugador es bueno: ofrece créditos más baratos, sin ataduras políticas, y los condona a menudo. Su receta está avalada por el éxito.