José María Amusátegui. Gaditano, criado en Madrid y de apellido vasco, Amusátegui (San Roque, 1932) nunca fue un banquero al uso. Licenciado en Derecho y abogado del Estado, en su currículo profesional destaca una larga trayectoria en empresas públicas --INI, Astilleros Españoles o Campsa, por ejemplo--, a las que llegó de la mano de Claudio Boada. Sólo después de ese extenso periplo industrial, Amusátegui llegó al Banco Hispanoamericano, en 1985.

Siempre tras los pasos de Boada, en 1990 llegó a la presidencia del banco y a partir de ahí protagonizó dos de las grandes fusiones de la banca española, al tiempo que capeaba crisis como las de Banesto o Filesa. Primero venció la resistencia de los accionistas del Hispano para crear el BCH (1991). Después, el gran petardazo: en enero de 1999 creó el primer grupo bancario español, el Santander Central Hispano (SCH), en una fusión que unió su figura a la de Botín. Pero la copresidencia duró menos de lo esperado. Dejó anticipadamente las riendas del SCH --hoy mucho más Santander que Central Hispano, muy a su pesar-- en agosto del 2001. Una decisión "ejemplar" --en palabras de Botín-- que le valió una retiro dorado y que todavía trae cola.