El barril de Brent, la calidad de crudo de referencia en Europa, sigue su imparable ascenso de las últimas semanas. A lo largo de la sesión de ayer, el oro negro superó el nivel de los 71 dólares en el mercado de Londres, la cota más elevada desde octubre pasado y el doble que en febrero, el punto más bajo tras alcanzar hace un año el récord histórico de 147,50 dólares.

Detrás de esta escalada se esconden las expectativas por parte de los inversores de que la crisis mundial puede haber tocado fondo. Pero, esencialmente, está la avalancha de dinero que huye del dólar y persigue rentabilidades elevadas no solo con el crudo, sino con otras materias primas, según los analistas.

En opinión de Alvaro Mazarrasa, director general de la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP), "la subida de la cotización no se debe exclusivamente a un aumento de la demanda, que está muy debilitada en los países desarrollados. Está más ligada a las expectativas y a la voluntad de salida de la crisis, y a la apuesta por las materias primas".

SIN RIESGO DE DEFLACION "Los precios han empezado a rebotar a medida que se han acrecentado las expectativas de subida de la demanda futura y de recuperación de la actividad económica", afirma Juan Iranzo, director del Instituto de Estudios Econó- micos (IEE). Esta evolución, a su entender, aleja cualquier posibilidad de un proceso de deflación --caída sostenida del nivel general de precios--. "Lo que es negativo es el índice de precios de consumo IPC, pero no la inflación subyacente aquella que elimina los alimentos no elaborados y los productos energéticos, que son precisamente los que están subiendo", asegura Iranzo.

En este contexto, el precio del barril se ha encarecido de forma considerable, aunque todavía se encuentra en torno al 50% más barato que hace un año. De todas formas, la cotización media por meses refleja la evolución alcista. "Hace apenas un mes, nadie esperaba que el barril superara los 50 dólares. Y ahora ya se habla de 80 y más dólares", recuerda Mazarrasa. Y eso ha afectado de forma importante a los derivados del crudo, como es el caso de los carburantes.

MAYOR DIFERENCIAL Es por ello que el litro de gasóleo se ha encarecido hasta la cota de los 93 céntimos por litro de media, con un aumento de casi el 8% desde que comenzó el año. La gasolina, por su parte, situada en torno a 1,05 euros en la actualidad, ha subido desde enero pasado en torno al 22%. El carburante diésel, consumido por tres de cada cuatro vehículos en España y con un uso también industrial, está soportando más la caída de la demanda, según Mazarrasa.

En cambio, la gasolina se ha visto sometido a un mayor empuje de la demanda y el diferencial entre uno y otro se ha situado alrededor de los 12 y 13 céntimos, según el director de la AOP. Hasta febrero aún era más cara la gasolina que el gasóleo, algo que se mantenía desde marzo del 2008. Ahora es alrededor del 11% más barato el diésel que la gasolina de 95 octanos.