La economía alemana creció el 0,2% de media el año pasado, mientras que el déficit público llegó al 3,7% del producto interior bruto (PIB), según los datos facilitados ayer por la Oficina Federal de Estadísticas. Las cifras confirman que la locomotora europea presenta un cuadro delicado, puesto que la actividad ha caído al ritmo de hace nueve años, cuando se produjo la última recesión. Sólo en relación al año anterior, el crecimiento del PIB se ha reducido a una tercera parte: del 0,6% al 0,2%. El déficit estatal se había situado en el 2001 en el 2,8%.

"Si combinamos el crecimiento del 2001 y el del 2002, se obtiene el peor periodo de la economía alemana desde 1980", destacó Elga Bartsch, de la banca Morgan Stanley. Según estos datos, en el 2002 sólo un país de la UE, Luxemburgo, con un crecimiento del 0,1%, tendrá peores resultados que Alemania.

El superministro alemán de Economía y Trabajo, Wolfgang Clement, considera que a pesar de las cifras negativas "no hay razón alguna para estar pesimista" y dice que el presente año "se producirá una reactivación en todo el mundo y también en Alemania". No obstante, la previsión oficial de crecimiento para este año --el 1,5%--, está a punto de ser reducida hasta el 1%.

El canciller alemán, Gerhard Schröder y su ministro de Finanzas, Hans Eichel, expresaron que a pesar del cuadro negativo "no se recurrirá a más endeudamiento" y reiteraron su plan de recortes y de austeridad para cumplir con Bruselas. El Gobierno se niega totalmente a aumentar la deuda pública después de haber recibido de la Comisión Europea la advertencia formal de que Alemania presenta un déficit presupuestario "excesivo".