La mediación del Gobierno para evitar la huelga de los pilotos de Iberia convocada para la próxima semana resultó ayer infructuosa. El Ministerio de Fomento mantuvo reuniones todo el día con los representantes de la compañía y de los pilotos, pero no pudo lograr la desconvocatoria ante la firmeza de los sindicalistas del SEPLA, que exigen garantías para conservar los puestos de trabajo de los comandantes. Las partes continuarán negociando hoy en una lucha contrarreloj por impedir la huelga, que comienza mañana.

Las gestiones iniciadas el pasado viernes por el secretario general de Transportes, Fernando Palao, para intentar evitar el paro dieron paso ayer a una serie de encuentros a dos y tres bandas. Palao se reunió primero con el presidente de Iberia, Fernando Conte, y el director general de la aerolínea, Enrique Donaire. En la reunión participó también el presidente de AENA, Manuel Azuaga. Posteriormente, se les unió el portavoz del SEPLA, Bernardo Obrador.

Tras el encuentro, fuentes del sindicato de pilotos dijeron que sus representantes harían "todo lo posible para evitar la huelga", pero recordaron que la condición indispensable era la presentación de avales para asegurar la continuidad de la plantilla. Las mismas fuentes agregaron que "la pelota" estaba "en el tejado de Fomento", que también podía "ofrecer esa garantía".

REIVINDICACIONES Los pilotos consideran que la participación de Iberia en la nueva aerolínea de bajo coste Catair supone una amenaza para sus empleos. El SEPLA también exige que la compañía garantice el sueldo de los pilotos con un aval bancario hasta la edad de jubilación (65 años), con una subida salarial anual del IPC más dos puntos. Esta garantía bancaria ascendería a la astronómica cifra de 6.000 millones de euros, cantidad que supone el triple del valor de la aerolínea en la bolsa.

Además, el sindicato de los pilotos demanda otro aval para cubrir las indemnizaciones en caso de extinción de contratos por motivos distintos a los despidos disciplinarios. Dicha garantía incluiría los bienes y derechos de la empresa y de sus accionistas.

En uno de los descansos, Palao afirmó que había aún "esperanzas" de llegar a una solución para impedir la huelga. El paro de los tripulantes ha obligado a Iberia a cancelar 1.571 vuelos para la próxima semana, lo que afectaría a unos 200.000 pasajeros.

ABSOLUTA DISCRECION Las conversaciones de ayer estuvieron rodeadas de un absoluto hermetismo para no perjudicar sus resultados. Las partes suscribieron una especie de pacto de silencio y se comprometieron a guardar un absoluto silencio sobre el desarrollo de la negociación. Ayer, los negociadores se limitaron a expresar su confianza en llegar a un acuerdo antes del lunes.

A última hora de la tarde, se dio por finalizada la reunión para tomarse un respiro antes de que se reanude hoy. "Hay conversaciones, nada concreto", dijo Donaire al abandonar el ministerio. Iberia, por su parte, siguió ofreciendo a los viajeros afectados por las cancelaciones la posibilidad de cambiar la fecha de sus vuelos u obtener el reembolso, opción a la que se estaban acogiendo la mayoría de los pasajeros ante las dificultades para encontrar plazas libres. El reglamento europeo no prevé otro tipo de compensaciones para estos casos, al ser cancelaciones originadas por circunstancias inevitables como una huelga.