La vivienda en propiedad constituye el 83% de la riqueza total de las familias españolas, porcentaje que se debe al incremento de los precios de la construcción y a la adversa evolución de la bolsa.

Ese enorme peso patrimonial en los hogares ha provocado un claro efecto riqueza sobre las familias, que se ha dejado notar en sus decisiones de gasto de los últimos años, lo que ayuda a entender "la notable resistencia a la baja del consumo privado en la fase de ralentización económica entre el 2000 y el 2003 y su intensidad en los últimos trimestres", según un análisis del servicio de estudios de Caixa Catalunya.

El mismo fenómeno permite comprender el gran dinamismo del endeudamiento de las familias españolas. Un hecho que ha provocado reiteradas llamadas de atención del Banco de España por la creciente vulnerabilidad del patrimonio familiar a las modificaciones en los precios y la fragilidad ante eventuales subidas de tipos de interés.