El Gobierno griego superó ayer otra prueba de fuego, aunque le queda un largo camino lleno de obstáculos. Al día siguiente de aprobar un plan de ajuste de 4.800 millones de euros del presupuesto, el Ejecutivo del socialista Giorgos Papandreu lanzó una emisión de obligaciones a 10 años por 5.000 millones de euros que logró de los inversores internacionales una fuerte demanda y un tipo de interés algo más ventajoso para Grecia de lo que se esperaba.

Esta era otra de las respuestas positivas que perseguía Papandreu cuando el Consejo de Ministros griego aprobó el miércoles pasado una segunda serie de medidas de choque, que prevé un aumento de los impuestos (entre ellos, el IVA), la congelación de las pensiones y el recorte salarial de los funcionarios. Los primeros aplausos llegaron el mismo miércoles, procedentes del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y varios socios europeos. Pero el de ayer fue el apoyo más tangible, el de los mercados, que acogieron la emisión de deuda de 5.000 millones de euros con una demanda de 16.000 millones.

Grecia consiguió así de los inversores un tipo de interés mayor del que se esperaba y se estableció en torno al 6,40%. Con todo, el diferencial con el bono alemán se sitúa en 300 puntos básicos. "Atenas ha lanzado esta emisión de deuda sin esperar al supuesto plan de apoyo franco- alemán. Las medidas de ajuste han dado confianza al mercado", dijo Nordine Naam, estratega del banco francés Natixis.

AYUDA DEL FMI El BCE, la principal autoridad monetaria de la zona euro, volvió ayer a echar un cable al Gobierno griego. "Las medidas que ha adoptado han convencido al consejo del BCE", dijo su presidente, Jean-Claude Trichet, quien, sin embargo, añadió que no le parecía "apropiado" que la ayuda que el FMI pueda prestar a Atenas vaya más allá de los consejos técnicos.

Pero no todo son palmadas en la espalda para Papandreu. El centro de Atenas volvió a ser ayer escenario de protestas. Varios millares de militantes de izquierda radical se manifestaron para librar "una guerra a la guerra de los capitalistas". Para hoy está convocada una jornada de paros que afectarán al transporte público, el tráfico aéreo, hospitales, escuelas y universidades.

El primer ministro griego seguirá estas huelgas desde Berlín, donde se entrevistará con su homóloga Angela Merkel. El domingo será recibido por Nicolas Sarkozy. Y el martes, Barack Obama le espera en la Casa Blanca.

Para que alivie su deuda pública, que en la actualidad supera los 300.000 millones de euros (el 113% del PIB), y reduzca su déficit presupuestario, del 12,7% del PIB, dos diputados alemanes pertenecientes a la coalición de Merkel aconsejaron a Papandreu que venda algunas de las 6.000 islas griegas, muchas de las cuales están deshabitadas.