El pleno del comité de empresa de la fábrica de General Motors (GM) en Figueruelas (Zaragoza) lanzará hoy un desafío al futuro propietario de la filial europea (Opel) y a los gobiernos aragonés, español y alemán. Los seis sindicatos que representan a los más de 7.000 trabajadores anunciarán la convocatoria de un calendario de varios días de huelga y movilizaciones que empezarán probablemente esta semana en lo que supone un pulso con el grupo austriaco-canadiense Magna para que rebaje la cifra de 1.350 despidos prevista en el plan de reestructuración que incluye la compra de Opel.

Los sindicatos acordaron por unanimidad dar "un empuje de fuerza" a una negociación bloqueada, en palabras del presidente del comité de empresa, José Juan Arcéiz. Aunque la última propuesta de Magna deja abierta la cifra de despidos y aumenta las garantías de que Figueruelas tendrá el 70% de la producción de la plataforma que comparten los modelos Corsa, Meriva y Combo hasta el 2013 y el 72% en adelante, los sindicatos creen desproporcionado el recorte en la factoría en comparación con otras plantas.

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, advirtió de que la dimensión política sigue "pesando más" que la productiva en el futuro de Opel y que los ajustes son "excesivos" en Aragón. Méndez pidió al ministro de Industria. Miguel Sebastián --con el que compartía un acto en Madrid--, que se "emplee a fondo" para resolver la situación de la empresa y equilibrar la propuesta. En su opinión, debe haber una acción coordinada entre las administraciones y los sindicatos frente al peso que está teniendo el Gobierno alemán en las negociaciones.

El anuncio de la huelga tuvo la respuesta inmediata del Gobierno aragonés. El consejero de Industria, Arturo Aliaga, pidió a los sindicatos que den al Gobierno de Aragón "un poco de margen" para continuar con su labor de mediación.