Lejos de acortarse, el plazo de pago medio entre empresas se alargó el año pasado hasta los 94 días, frente a los 89 del ejercicio anterior. Este periodo de liquidación se aleja aún más de los 60 días incluidos en la legislación española por mandato de una directiva comunitaria.

Este dato figura en un estudio en el marco del Observatorio de Riesgo de Crédito de la cátedra de 'Cash Management' del IE Business School con datos de Iberinform, del grupo Crédito y Caución. Según se desprende del análisis, la evolución "solo puede interpretarse como una respuesta del tejido productivo a la necesidad de financiar la actividad empresarial a través del crédito comercial en un entorno de insuficiencia de liquidez financiera y capitalización empresarial".

Del análisis se desprende que la gran empresa es la que ha dilatado más los pagos hasta obtener 24 días adicionales de crédito comercial para financiar su actividad, hasta una media de 118 días. En el otro extremo se encuentran las compañías de menor dimensión, que se sitúan solo seis días por debajo de la media, hasta los 88 días.

El empeoramiento de los plazos de pago el año pasado se dio en todo los sectores. Ninguno logró situarse por debajo de los 60 días legales. En cuanto a las comunidades autónomas, Andalucía es la que demora más los pagos, con una media de 113 días y Navarra, la que menos, con 75 días.