Tranquilidad, estabilidad y continuismo". Son las tres palabras mágicas con que los presidentes de los bancos y las grandes empresas --SCH, BBVA, Telefónica, Endesa y Repsol-- acogieron ayer el vuelco electoral.

Miguel Sebastián, exdirector del servicio de estudios del BBVA, se convirtió en la esperanza de todos ellos "porque el programa que ha presentado y todo lo que ha dicho antes y después de la campaña puede suscribirse por cualquiera de centro derecha", explicaba ayer el portavoz de un gran banco. La caída de los mercados "se debe a Al Qaeda y a que están descontando el efecto sorpresa del cambio de Gobierno. Hay que tener en cuenta que las bolsas esperaban la continuidad del PP, incluso podía estar sobrevalorado este factor. Pero la idea percibida es de continuidad y tranquilidad" decía el vicepresidente de la Bolsa de Madrid, presidente de Endesa e Ibercaja, Manuel Pizarro.

Pizarro es uno de los hombres próximos al PP, vinculado a Rodrigo Rato, que pilota una de las grandes empresas privatizadas por el PP, Endesa. En los comentarios del presidente de la eléctrica no había ni el más mínimo síntoma de inquietud, pese a que hace meses, el futuro presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestó su deseo de que los presidentes de las empresas privatizadas por el PP "se marchen al día siguiente de ganar el PSOE las elecciones".

NUEVAS PRIORIDADES El clima ha cambiado y las prioridades son otras. A corto plazo, el PSOE tiene muy difícil apear de sus puestos a todos estos cargos, puesto que las regulaciones, los inversores extranjeros y el código de buen gobierno les blinda frente a intrusiones políticas. "A corto plazo, moverles la silla no es prioritario", según fuentes económicas del PSOE.

Ni siquiera el presidente del BBVA, Francisco González, que despidió del banco al que puede ser ahora ministro de Economía, Miguel Sebastián, demostró ninguna inquietud. "En muchos aspectos, el programa de Sebastián es incluso mejor que el de Rato" dijo otro alto cargo de la banca.

ALIERTA Y CORTINA César Alierta, el tercer hombre en la lista de amistades de Rodrigo Rato, tampoco se inmutó ayer aparentemente. Alierta, una aragonés pragmático, tiene contactos dentro del PSOE, y entre sus altos cargos se encuentra gente muy próxima a los socialistas.

El presidente de Repsol, Alfonso Cortina, es miembro destacado del club de presidentes de empresas privatizadas próximos a Rato. En la petrolera se insistía ayer en el perfil de Cortina, que formaba parte del consejo de administración con anterioridad.

El sector energético fue el que más sufrió ayer en la bolsa. El PSOE ha ganado las elecciones con una parte de los verdes en sus filas y con el compromiso de asumir las obligaciones que impone el protocolo de Kyoto. "Las dudas sobre la energía nuclear, el carbón o el agua son importantes", explicaba un experto.