Las valoraciones negativas que algunas sociedades de calificación y bancos de inversión han lanzado en las últimas semanas sobre la banca española, así como la actuación de algunos fondos que han tirado de las cotizaciones a la baja, han sentado mal en el Banco Popular. Su presidente, Angel Ron, salió ayer en defensa del sector y les acusó de "equivocarse al tratar de equipararlo" con las maltrechas entidades de Estados Unidos.

Firmas como Morgan Stanley, Standard & Poor´s y Citigroup han apuntado que, salvo el Santander y el BBVA, los bancos españoles están muy expuestos al frenazo de la construcción y que la crisis bursátil se extenderá hasta el 2009. Según Ron, este cambio de percepción ha propiciado un "exagerado castigo" en la valoración de los bancos y de sus títulos. El presidente achacó a estos factores que la acción del Popular "esté barata". Y descartó intentos de compra. La entidad, dijo, tiene un "potente" nucleo duro de accionistas y es una de las más eficientes de Europa, con lo que es "difícil justificar sinergias".