El Gobierno portugués nacionalizó ayer el Banco Portugués de Negocios (BPN), una pequeña entidad que acumula unas pérdidas de 700 millones de euros. El Ejecutivo presidido por José Sócrates afirmó que el grupo no es víctima de la crisis, sino de operaciones realizadas hace años que están siendo investigadas. Sin embargo, aprobó crear una línea de crédito de 4.000 millones de euros para que los bancos refuercen su capital.

Después de un consejo de ministros extraordinario, el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, anunció que el Gobierno "se ha visto obligado" a proponer al Parlamento la nacionalización del banco ante la "delicada, excepcional y anómala" situación que atraviesa.

SUSPENSION DE PAGOS Según el ministro, el BPN se encuentra en una situación de "inminente suspensión de pagos". Además, el banco no ha cumplido con las ratios exigibles de solvencia desde hace tiempo y registra un conjunto de pérdidas acumuladas que hacen que los capitales propios "se revelen negativos".

Para evitar la nacionalización, el BPN propuso al Gobierno una solución, pero este la rechazó "debido a la carga que supondría para los contribuyentes. Especialmente a las pequeñas y medianas empresas", dijo el ministro. Desde hoy lunes, el BPN será seguido de cerca por dos administradores del Banco de Portugal. Una vez se haga efectiva la nacionalización, el banco será gestionado por la estatal Caixa Geral de Depósitos (CGD).

El BPN ha llegado a esta situación por las pérdidas que le han ocasionado una serie de operaciones que están siendo investigadas por el banco central luso y por la Fiscalía general del país. El gobernador del Banco de Portugal, Vitor Constancio, explicó que están abiertos seis procesos en relación al BPN y que se ha denunciado ante la Fiscalía determinados actos supuestamente ilícitos y criminales, ocurridos en el 2002 y el 2003.