Más años de trabajo y más años para calcular la base reguladora sobre la que se estipulará la pensión de los que abandonen la vida laboral. Estas dos propuestas, junto con una política que incentive los sistemas privados y complementarios de jubilación, constituyen la piedra filosofal que defiende el PP en materia de previsión social.

Así de contundente se expresó ayer en Navacerrada (Madrid) el secretario ejecutivo de economía y empleo del PP, Miguel Arias Cañete, durante su participación en un curso de la Fundación Faes, entidad auspiciada por el expresidente José María Aznar.

El dirigente popular criticó la reforma de pensiones que ha pactado el Gobierno con los sindicatos y los empresarios. A su juicio, ese pacto, que será firmado mañana, se ha quedado corto, y pone de manifiesto que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero "está haciendo el Don Tancredo".

MODERACION PATRONAL Tras el duro discurso del portavoz del PP, el secretario general de la CEOE, Juan Jiménez Aguilar, recordó al auditorio y a Arias Cañete que la reforma laboral acordada entre el Gobierno y los agentes sociales profundiza en la reforma de 1997, etapa en la que gobernaban los conservadores.

Aunque reconoció que la nueva reforma no es la que deseaban los empresarios, valoró el hecho de que haya surgido del consenso. Añadió que tanto la reforma laboral como la de la Seguridad Social han dado confianza a los agentes económicos.

El secretario general de CCOO, José María Fidalgo, también consideró "corta" la reforma de la Seguridad Social. Fidalgo dijo que el pacto logra "retocar cosas", pero dio a entender que el pacto no supone un compromiso con el sistema de pensiones. "No es un acuerdo de reforma. Es un acuerdo de stand-by, que deja la Seguridad Social más o menos como en anteriores reformas. Hubiera sido mejor hacer una reforma como la de 1997".