Arranca la mayor privatización de autopistas de Europa, abierta a firmas extranjeras, con la que se va a poner a prueba el indisimulado nacionalismo económico francés, que acaba de alinear a la clase política del país para impedir la compra de Danone por Pepsico.

La UDF, derecha liberal, agita ahora el nacionalismo contra la venta de los peajes. Tras la reciente compra de Amena por France Télécom, del Estado francés, cabe esperar, al menos, una menor hostilidad ante las ofertas españolas.