Ni el presidente del banco, Emilio Botín, ni el consejero delegado, Alfredo Saénz, tienen previsto jubilarse "mientras tengamos la confianza del consejo de administración", declaró ayer Botín, quién además pidió a los periodistas que se olviden de "estos planteamientos" sobre las jubilaciones, ante la reiteración "siempre" de estas preguntas.

Este ejercicio, el banquero cumplirá 73 años y Saénz hará 65. El consejero delegado explicó que el Santander prejubiló el año pasado a 1.080 personas, aunque contrataron a 1.500. Este año, los empleados pueden acogerse a un plan de prejubilación voluntaria "abierto". Según el consejero delegado, unas 500 personas podrían solicitar estas bajas.