El todavía presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, ha defendido hoy ante la comisión de asuntos económicos del Parlamento Europeo la creación de “un salario social mínimo europeo” para evitar que sean los más desfavorecidos quienes soporten las consecuencias de la crisis económica y se ha mostrado partidario, en contra del pensamiento generalizado en el Eurogrupo, de establecer recompensas para los países que apliquen los ajustes exigidos. “No hay que creer que es justo y bueno una política de rigor y austeridad que exija los más grandes esfuerzos a los más débiles de Europa. Quiero que Europa haga soportar las consecuencias de la crisis a los más fuertes. Esa es la solidaridad”, aseguraba. Juncker ha pedido esfuerzos para que la UE no pierda su dimensión social.

En su despedida del Parlamento Europeo -abandonará el cargo del presidente del Eurogrupo el próximo 21 de enero- Juncker se ha mostrado decepcionado con la actitud de sus colegas y ha atacado directamente a Berlín y a las capitales que defienden rigor y austeridad a la hora de aplicar ajustes. “Tengo muchas dudas sobre el ritmo de ajuste aplicado a algunos países de la zona euro. Hemos subestimado, no ustedes sino algunos gobiernos, la enorme tragedia del paro que finalmente nos aplasta”, advertía en relación a la tasa superior al 11% que tiene la Eurozona. Al hilo de esto, el dirigente luxemburgués se ha mostrado partidario de establecer recompensas para todos los países que realicen los ajustes exigidos y ha criticado a quienes dividen a Europa en dos porque ni los países del norte son tan virtuosos como parece ni los del sur son menos que los del norte.

Juncker también ha dicho ser partidario de aplicar “cierta retroactividad” en la recapitalización bancaria y ha asegurado que arrancan el año 2013 en mejor situación que la de hace un año aunque los retos a los que se enfrentan son serios y exigirán un “gran coraje político” a los dirigentes europeos. El luxemburgués abandonará el cargo que ha ocupado durante los últimos ocho años. Como sustituto, a quien solo ha recomendado que escuche y mantenga la integridad de la Eurozona, suena el nombre del ministro de finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem.