El presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, afirmó hoy que los factores que han sumido a Estados Unidos en una crisis económica comenzaron a diluirse, pese a un brusco aumento en el desempleo. En un discurso en Chatham, estado de Massachusetts, Bernanke admitió que "es probable" que la actividad económica sea débil en el trimestre de abril a junio. Pero también indicó que "el riesgo de que la economía haya entrado en una sustancial espiral negativa parece haber disminuido" en las últimas semanas.

El Departamento del Trabajo de Estados Unidos informó la semana pasada de que la tasa de desempleo aumentó de 5,0 por ciento en abril a 5,5 por ciento en mayo, en lo que constituye el aumento más brusco de las últimas dos décadas. Esas cifras de desempleo dieron nueva leña a las advertencias de que el país podría encontrarse ya en una recesión. Sin embargo, el presidente del organismo, que actúa como banco central, manifestó que hay otros factores que deberían neutralizar "los malos vientos" que aún enfrenta la economía de Estados Unidos.

Entre esos factores citó las bajadas decretadas en los tipos de interés y el programa de estímulo aplicado por el Gobierno del presidente George W. Bush que asciende a 168.000 millones de dólares. También ayudarán a mejorar la situación el progreso alcanzado en la resolución de los dificultades que se presentaron en los últimos meses en los mercados financieros, la disminución de la crisis hipotecaria, así como la sólida demanda de exportaciones estadounidenses, dijo.

Pero Bernanke también reconoció que persisten los factores negativos, entre ellos la subida sostenida en los precios de los combustibles que suponen un aumento del riesgo inflacionario. La inflación se ha mantenido alta, y "la última ronda de aumentos en los precios de la energía se ha sumado a los riesgos de inflación y de expectativas inflacionarias", manifestó.

La semana pasada Bernanke sugirió que las reducciones en las tasas de interés habían llegado a su fin debido, a que junto a los altos precios de la energía y de otras materias primas y la debilidad del dólar estarían contribuyendo a la inflación. El mes pasado, el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal recortó los tipos de interés un cuarto de punto para dejarlos en el 2 por ciento, uno de los niveles más bajos de los últimos cuatro años.