El presidente de Repsol, Alfonso Cortina, afila sus armas tras la retirada de la oferta pública de adquisición de acciones (OPA) de Gas Natural sobre Iberdrola. Cortina quiere nombrar al próximo consejero delegado de Gas Natural, que sustituirá a José Luis López de Silanes, y comprar hasta el 25% de la gasística --ahora tiene el 24%--. Esta maniobra le permite adquirir después hasta el 31% --idéntico porcentaje al que posee La Caixa-- sin verse obligado a lanzar una OPA, tal como le facilita el decreto gubernamental aprobado a medida de Repsol.

Según medios próximos al Gobierno y al sector eléctrico, "Cortina está en su derecho de exigir a La Caixa el estatus anterior a la OPA hostil. Los pactos le concedían el nombramiento del consejero delegado". Sobre la salida de López de Silanes en la junta de accionistas de junio, no existe discusión para la cúpula de Repsol. "Se cambió de bando y perdió", es la frase más extendida en círculos financieros.

El arreglo entre Repsol y La Caixa será difícil. "La Caixa ha amenazado con vender sus acciones en Repsol (12%)", explicaban ayer fuentes del sector, al tiempo que destacaban el apoyo del BBVA, segundo accionista de referencia de la petrolera, a la política de Alfonso Cortina. Repsol negó ayer que exista esa amenaza.

El BBVA confirmó ayer el apoyo a Repsol, pero se negó a enjuiciar una eventual salida de La Caixa de la petrolera. Los analistas ven inviable esa retirada por las pérdidas que la caja asumiría.