La presión fiscal subió siete décimas en España en el 2018, hasta alcanzar el 34,4% del producto interior bruto (PIB), una tasa que vuelve a situar al país ligeramente por encima de la media de los países de la organización de países desarrollados OCDE (34,3%), aunque solo sea por una décima, por primera vez desde el 2007.

Este es uno de los datos que se desprende del último informe sobre ingresos tributarios publicado ayer por la OCDE, que sitúa a España como el decimonoveno país con mayor nivel de recaudación entre los 36 que integra la estadística, entre Polonia (35% del PIB) y Reino Unido (33,5%).

La subida de siete décimas de PIB en la recaudación fiscal española se produjo en un año, el 2018, en el que no hubo decisiones de subidas impositivas, sino todo lo contrario. El Gobierno de Mariano Rajoy se despidió en junio del Ejecutivo después de incoporar en tardío Presupuesto del Estado del 2018 una nueva rebaja fiscal, por lo que cabe relacionar el mayor peso de los ingresos sobre el PIB con la eficiencia en la recaudación o con el propio crecimiento económico

El 2018 se convierte, según las estadísticas de la OCDE, en el ejercicio con mayor presión fiscal en España desde el 2007, cuando se alcanzó un pico del 36,4% del PIB en recaudación tributaria del conjunto de las administraciones públicas. Después de aquel año, los ingresos se hundieron hasta el 29,7% del PIB en el 2009, antes de iniciar una remontada, con altibajos, hasta el 2018.

Recaudación estable / En general, el informe de la OCDE llega a la conclusión de que en el 2018 el nivel de los ingresos tributarios en los países desarrollados se mantuvo estable respecto del 2017, en una tasa del 34,3% (virtualmente sin cambios respecto al 34,2% del 2017)

La mayor reforma en la imposición personal y de empresas se produjo en EEUU, donde la tasa de recaudación bajó del 26,8% del PIB en el 2017 al 24,3% en el 2018. Estas reformas afectaron tanto a la tributación de las empresas, que ha caído en 0,7 puntos, como en la de las personas físicas, que ha adelgazado en 0,5.

La presión fiscal también ha bajado respecto del 2017 en otros 14 países, con caídas de 1,6 puntos en Hungría o de 1,4 en Israel. En contraste, la presión fiscal ha subido en 19 países (España, entre ellos), con incrementos de 1,5 puntos en Corea o de 1,3 puntos en Luxemburgo

En 2018 cuatro países situaron su tasa de ingresos por encima del 43% del PIB (Francia, Dinamarca, Bélgica y Suecia) y otros cuatro miembros de la Unión Europea se ubicaron por encima del 40% (Finlandia, Austria, Italia y Luxemburgo). Cinco países de la OCDE (México, Chile, Irlanda. EEUU y Turquía) anotaron una presión fiscal por debjao del 25%. La mayor parte de los países de la OCDE quedaron ubicados en la franja entre el 30% y el 40% del PIB en su recaudación tributaria.

En España, los ingresos por el IRPF, Sociedades, IVA o impuestos especiales pesan menos sobre la recaudación total que en el resto de los países de la OCDE. Pero tiene un mayor protagonismo la recaudación por cotizaciones sociales (34% del total en España, frente al 26% de la OCDE) y en impuestos sobre la propiedad y el patrimonio (7% frente al 6%).