Los españoles se gastaron una media de 20.677 euros en la compra de un coche nuevo en el 2006, lo que supone un incremento de solo un 0,8%. La Federación de Concesionarios de Automóviles (Faconauto) califica el dato de "ligero encarecimiento" y advierte de que el presupuesto destinado a adquirir un vehículo está bajando desde hace cuatro meses consecutivos.

El gasto medio del año 2006 fue solo 182 euros superior al registrado en el 2005, que alcanzó los 20.495 euros. En cambio, el incremento en ese ejercicio fue del 5,1% en relación con el dato del 2004. En tres años, el aumento del gasto fue del 11%.

DE VUELTA AL AÑO 2004 El precio pagado por un automóvil empezó a descender en el mes de septiembre pasado y continuó esa tendencia hasta diciembre, mes en el que el gasto medio bajó el 5,5% y llegó a 19.525 euros. Esa cifra supone un retroceso hasta el nivel del 2004, año en el que se contabilizó un precio medio de los turismos vendidos de 19.484 euros. La contención del gasto en turismos es paralela a un descenso del 2% en las matriculaciones en el 2006 después de incrementos hasta niveles récord.

Los concesionarios también han apreciado otros síntomas del cambio de actitud de los consumidores: compraron coches un 1,5% más pequeños y con una potencia casi igual (114,3 caballos, un 0,9% más).

"El mes de septiembre marcó un punto de inflexión en los hábitos de compra del automovilista español hacia la adquisición de vehículos de menor dimensión y precio", indicó ayer Faconauto. Como causas del "cambio estructural de la demanda", apunta la importante subida de los tipos de interés, con la consecuente merma del poder adquisitivo de las familias aquejadas de un alto endeudamiento, y una creciente desconfianza hacia la evolución de los créditos, ya que alrededor de un 80% de las compras se realizan con financiación.

MODELO "AMERICANIZADO" El presidente de Faconauto, Antonio Romero-Haupold, ya había advertido meses atrás de que el mercado español se estaba "americanizando", en el sentido de que los compradores de vehículos se movían cada vez más por parámetros prácticos. A su juicio, la implantación del carnet por puntos y las sanciones por infringir los límites de velocidad pueden haber contenido las ansias de potencia. "Los usuarios comenzaron a replantearse la adquisición de un automóvil de alta motorización y alto precio para finalmente no poder rodarlo", destacó Faconauto.