Las decenas de organismos internacionales y servicios de estudios que elaboran pronósticos han aplicado severos recortes a sus previsiones desde el estallido de las hipotecas subprime en verano ante el continúo deterioro de tipos de cambio, tipos de interés, petróleo o inflación, entre otras variables. En España, la crisis ha coincidido con el desplome inmobiliario. Así, los oráculos más negativos, como el FMI, prevén que el frenazo será más agudo que el estadounidense.