La penalización de los mercados sobre la deuda pública española aumenta casi al mismo ritmo con que crece el interés por los bonos alemanes como valor refugio para inversores. Así, el diferencial entre la deuda española a 10 años y la alemana llegó ayer a 1,70 puntos porcentuales (170 puntos básicos), que es la máxima distancia entre ambos desde la puesta en marcha del euro.

Todo ello, en una jornada en la que la moneda única volvió a depreciarse y llegó a cotizar a 1,211 dólares, el nivel más bajo desde abril del 2006. Las bolsas sufrieron un severo ajuste durante toda la mañana (el Ibex 35 perdía casi el 4%), pagando por las dudas suscitadas desde el propio Banco Central Europeo (BCE) sobre los resultados de las entidades financieras de la eurozona. Al final de la jornada, el repunte de Wall Street sirvió para sacar del hoyo a los mercados europeos, de modo que la caída de la bolsa española quedó limitada al 0,64%.

Sobre todo sufrieron las cotizaciones de los bancos. El BCE ha pronosticado que las entidades financieras de la zona euro deberán afrontar pérdidas acumuladas desde el 2007 y hasta finales del 2010 por créditos y valores de 515.000 millones.

En el ambiente también pesaba ayer la resaca tras la rebaja, el viernes, de la calificación de la solvencia de España por la agencia Fitch. Viendo lo que le ha sucedido a España en los últimos días, Francia admitió ayer mismo la necesidad de nuevos ajustes para consolidar la máxima calificación --triple A-- que le otorgan las agencias.

PRONOSTICOS AGOREROS A este clima enrarecido se sumaron ayer algunos pronósticos agoreros. El economista y profesor de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini alertó de que la crisis de la deuda soberana podría provocar "la desintegración de la moneda única" o hacer que una "ola de impagos desordenados desbarate el sistema financiero y precipite otra recesión".

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, volvió a salir en defensa del euro negando cualquier duda sobre su futuro. "Es la segunda divisa del mundo y los dirigentes europeos han expresado sin lugar a dudas su pleno compromiso para hacer todo lo que sea necesario para garantizar la estabilidad del euro".

La rentabilidad del bono español a 10 años llegó ayer al 4,30%, mientras que la del bono alemán bajó a 2,60%. Menos mal que los tipos de interés se encuentran en un nivel históricamente bajo y que la existencia de tan elevado diferencial (170 puntos) no impide que el 4,30% de interés del bono a 10 años se pueda seguir considerando como un precio relativamente bajo. La presión es aún mayor en la deuda a corto plazo y todo ello se vuelve más preocupante a medida que se acerca el mes de julio, cuando el Tesoro español deberá colocar 25.000 millones de euros en deuda.