El secretismo con que Apple ha llevado toda la operación comercial se apreció ayer en la comunidad extremeña. En Cáceres, donde aún no ha llegado el esperado iPhone, las tiendas encontraron colas a sus puertas antes de abrir; mientras en Badajoz, donde se había anunciado un estand especial, no llegó a instalarse. Los interesados recibían como respuesta un "apúntese en la lista de espera, que ya le llamaremos". Intentar recabar información de la Compañía fue tarea imposible.