El mayor banco helvético, UBS, registró en 2008 su mayor pérdida histórica, 13.232 millones de euros, a causa de la crisis financiera internacional. Según informó hoy el banco, el déficit en el cuarto trimestre alcanzó los 5.360 millones de euros, tras los 7.941 millones registrados en los nueve meses anteriores.

En 2007, las pérdidas de la banca habían sido de 2.909 millones de euros, marcando así, la primera vez que UBS registraba pérdidas en su decenio de existencia. Ante la magnitud de lo que se avecinaba, el gobierno helvético aplicó a finales de 2008 un plan de salvamento del banco por valor de 44.994 millones de euros.

El primer y el cuarto trimestre fueron los más catastróficos, mientras que entre abril y junio las pérdidas fueron de 236 millones de euros, y entre julio y septiembre, incluso se logró un beneficio de 195 millones. La pérdida de confianza de los clientes e inversores se tradujo en las salidas netas de capital.

En el cuarto trimestre, alcanzaron los 38.480 millones de euros en la gestión de fortuna, y 18.252 millones de euros en la gestión institucional. En la totalidad del año 208, las salidas netas de capitales se elevan a 149.440 millones de euros.

En el plan de salvamento también se estableció que la Banca Nacional Suiza (BNS) adquiriera los activos tóxicos de la institución. No obstante, hoy se ha conocido que la BNS adquirirá activos tóxicos por valor de 30.380 millones de euros, contra un máximo establecido inicialmente de 39.706 millones.

Por otra parte, y tras unas intensas y polémicas semanas, la Autoridad de Vigilancia de los Mercados Financieros (FINMA, en sus siglas en francés) autorizó a UBS a redistribuir entre sus empleados 1.190 millones de euros en base a la remuneración variable de 2008.

La Autoridad ha argumentado que UBS se había comprometido con anterioridad a versar estas remuneraciones, por lo que estaba obligada a cumplir con ese compromiso. No obstante, la FINMA ha establecido condiciones más estrictas para este tipo de beneficios para el futuro.

El debate sobre la pertinencia de estas retribuciones copó los noticieros y las portadas de los diarios ante la estupefacción de muchos ciudadanos que no entendían como el banco iba a distribuir beneficios cuando tuvo que ser salvado por el Estado con dinero público.