La victoria del 'no' en el referendum sobre la Constitución y la posterior renuncia de Matteo Renzi han abierto una nueva etapa de incertidumbre en Italia. Más allá de la política, el país arrastra desde que empezó la crisis diversos problemas en el sector bancario, que a diferencia de otros países, no ha sido saneado masivamente con dinero público.

Las entidades del país acumulan una gran cantidad de créditos dudosos, como recoge Statista. De hecho, el porcentaje de créditos dudosos alcanza el 17% del total, y pese a que ha disminuido en los últimos años, casi triplica el porcentaje de antes de la crisis.

Peor son las cifras de valor de esos créditos, que sí que siguen al alza y que multiplican por 10 el valor de este tipo de créditos que se registraba en el 2008.