La producción industrial de Alemania registró el pasado mes de junio una caída del 5,2% respecto del mismo mes del año anterior, empeorando el descenso interanual del 4,4% observado el mes anterior y que representa su mayor retroceso desde finales de 2009 y constata el frenazo de la 'locomotora europea', anticipando una contracción del PIB alemán en el segundo trimestre del año.

En comparación con el mes de mayo, la producción industrial de Alemania registró en junio una caída del 1,5%, después de subir un 0,1% el mes anterior. La producción industrial alemana sin contar con la energía y la construcción registró en junio un retroceso del 1,8%. En el caso de la producción de bienes intermedios se registró una bajada del 2%, mientras que la producción de bienes de capital retrocedió un 1,8% y la de bienes de consumo un 1,4%.

Por su parte, la producción de energía experimentó una caída del 1,6% en junio, mientras que la producción del sector de la construcción se incrementó un 0,3%. "Calificaríamos el informe de producción industrial como devastador, sin un lado positivo", señala Carsten Brzeski, economista jefe de ING Alemania, para quien los datos muestran la necesidad de prepararse "para la contracción de la economía alemana en el segundo trimestre, a menos que las exportaciones traigan una sorpresa inesperada".

LA BOLSA AGUANTA

Con todo, la bolsa alemana mantuvo relativamente el tipo, pese a que la divulgación del dato coincidió con una profunda caída de Wall Street, cuyo principal índice llegó a ceder hasta el 2%, aunque posteriormente aligeró las pérdidas. Los mercados europeos, en general, consiguieron mantenerse en positivo, aunque acumulan pérdidas semanles, principalmente provocadas por la guerra comercial China-EEUU y la entrada de los inversores en el mercado de bonos en busca de 'paraísos seguros'.

La incertidumbre por el efecto que tendrá ese enfrentamiento no ha terminado. Menos si tenemos en cuenta que el presidente de EEUU, Donald Trump, se encarga de añadir leña al fuego. A menos de una hora de la apertura de la sesión, lanzó tres mensajes para cargar contra otro de sus objetivos preferidos. "Nuestro problema no es China", afirma, nuestro problema es la Reserva Federal que es demasiado orgullosa al admitir su error. El presidente de EE UU vuelve a presionar para que el recorte de tipos sea "más grande" y "más rápido". La Fed ya rebajó el precio del dinero hace una semana un cuarto de punto, a una banda entre el 2% y el 2,25%. Pero el republicano esperaba una acción más contundente.