El Comité de Basilea publicó ayer el nuevo marco regulador para los bancos, que plantea exigencias de capital más estrictas basadas en una medición de riesgos técnicamente más sofisticada a fin de amortiguar el impacto de eventuales crisis o pérdidas importantes e inesperadas. Los gobernadores de los bancos centrales y las autoridades supervisoras del G-10 anunciaron ayer su apoyo al documento, de 239 páginas.

Fruto de seis años de trabajo de un comité presidido por el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, las nuevas reglas de capital conocidas como Basilea II fueron presentadas en conferencia de prensa por el propio Caruana y el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet. "Basilea II representa un enfoque completo de la gestión de riesgos y la supervisión bancaria", afirmó Trichet. "El nuevo marco representa una oportunidad sin igual para que los bancos mejoren sus sistemas de medición de riesgo y de gestión", comentó Caruana, quien agregó que es también un incentivo para que todos los bancos sigan fortaleciendo sus procesos internos y mejoren su eficacia.

Basilea II, que sustituye al anterior acuerdo (Basilea I), de 1988, exige a los bancos al igual que el primero unas reservas mínimas de capital del 8% de los activos de todo tipo medidos según el riesgo. Y afina mucho más los sistemas de cálculo de riesgo, deja a los supervisores de cada país la posibilidad y responsabilidad de extremar aún más los requerimientos de capital para los bancos nacionales y exige a las entidades financieras mayor transparencia en beneficio de los inversores.

Basilea II se aplicará en dos etapas: a partir de finales de 2006 en los bancos más pequeños y menos sofisticados, y un año después en las grandes corporaciones. Estados Unidos presionó para que se diese más tiempo a estos últimos mientras que los bancos alemanes pidieron que se aplicase a todos al mismo tiempo.

En la Unión Europea, todos los bancos tendrán que aplicar el nuevo acuerdo. Sin embargo, en EEUU, donde las reglas bancarias son ya especialmente exigentes, tan sólo se verán obligados los más grandes, una decena aproximadamente, aunque se calcula que otros tantos lo harán también voluntariamente.

REORIENTACION DEL NEGOCIO Según los analistas, el nuevo sistema permitirá calcular con mayor precisión potenciales riesgos y gestionarlos mejor. Es probable, además, que desarrollen nuevas estrategias teniendo en cuenta que las actividades minoristas e hipotecarias serán más atractivas que, por ejemplo, los seguros. También podrían estimular las fusiones y adquisiciones bancarias ya que algunas entidades pequeñas preferirán beneficiarse de la experiencia de un banco mayor y más avanzado técnicamente o lanzarse a nuevas operaciones.