El presidente ruso, Vladimir Putin, defendió el jueves a capa y espada a sus viejos compañeros de los servicios secretos que ayudaron al Estado ruso a hacerse con las acciones de Yuganskneftegaz, la principal petrolera del grupo Yukos, subastadas el pasado 19 de diciembre.

El líder del Kremlin afirmó que el Gobierno "utilizó mecanismos de mercado legales" en la primera renacionalización en la era postsoviética para comprar activos más valiosos de Yukos. "Ustedes saben cómo tuvieron lugar las privatizaciones a principios de los años 90. Muchos de los participantes en el mercado obtuvieron entonces las propiedades del Estado por varios miles de millones utilizando diferentes astucias, incluida la violación de la ley. Actualmente, el Estado, utilizando mecanismos de mercado legales, está protegiendo sus intereses", indicó Putin.

El 76,79% de las acciones de Yuganskneftegaz fueron comprados por Baikalfinancegroup, una empresa desconocida en el mundo ruso de los negocios. Tras varios días de confusión, esta compañía fantasma vendió sus activos a la petrolera estatal Rosneft, controlada por el vicejefe de la administración del Kremlin y miembro del círculo de Putin, Igor Sechin. Sechin, quien según la prensa rusa trabajó en el KGB (los servicios secretos soviéticos), ha sido la mano derecha de Putin desde los 90.

La venta de la unidad de producción de petróleo de Yukos fue ordenada oficialmente para recaudar fondos necesarios para pagar impuestos del grupo por el equivalente a 20.370 millones de euros. Sin embargo, existen fuertes dudas sobre la transparencia de la subasta.