Las entidades españolas son basicamente comerciales y no tienen apenas peso en el negocio de la banca de inversión. Eso no supone que no haya relación. "La banca de inversión ha sido el intermediario entre los bancos españoles y los ahorradores mundiales", explica José Carlos Díez, de Intermoney. Su debacle, sin embargo, no se va a extender a los bancos y cajas. "La principal diferencia es el modelo de negocio. El activo y el pasivo de un banco de inversión tiene una elevada exposición a los mercados de capitales, mientras los españoles han aumentado su exposición a estos mercados pero la mayor parte de su pasivo sigue siendo depósitos de familias españolas y, en el activo, préstamos a familias y empresas españolas. Cualquier gestor de banca de inversión hubiera pagado por gestionar un banco español, a pesar de la elevada exposición al ladrillo", alega.