Técnicamente, una subida de impuestos siempre tiene efectos contractivos en la economía". La subida de dos puntos del tipo general del IVA, del 16% al 18%; y de un punto en el reducido, del 7% al 8%; a partir del jueves 1 de julio puede restar entre 0,75 y un punto al crecimiento, según un estudio del que es coautor el profesor del IESE, Javier Díaz-Giménez. Tanto si el alza del tipo general se convierte en un encarecimiento del precio final del 1,72% (la subida máxima imputable al IVA) o del 0,93% en productos con tipo reducido, como si la absorben total o parcialmente las empresas, el saldo es menos crecimiento. La medida no afecta a los productos básicos sujetos al tipo superreducido del 4%.

Hasta hoy, numerosos sectores han hecho campañas del estilo "ahórrese el IVA", que han logrado adelantar compras que tal vez se hubieran hecho en el futuro. Tras el 1 de julio, muchas de esas adquisiciones dejarán de hacerse. Y el resultado será un menor crecimiento. El Gobierno reconoció que se producirá un ligero bache económico.

"La subida encarece el consumo y reduce el valor de la hora trabajada, es decir, después del alza se pueden comprar menos bienes con el sueldo de una hora. Los hogares reaccionan a este cambio sustituyendo horas de trabajo remuneradas formalmente por tiempo dedicado a actividades sin remuneración formal", explica el estudio. Ya se pronostica un ascenso de la economía sumergida, que algunos informes sitúan en el equivalente al 23% del conjunto de la riqueza del país. La pregunta: "¿Le hago la factura con IVA o sin IVA?" será aún más habitual.

Cuando se anunció la medida el otoño pasado, las críticas sobre su inoportunidad fueron casi unánimes. Tras la crisis de la deuda pública, las cosas han cambiado. "En la actualidad se podría decir que hay más razones para subir los impuestos porque, en el fondo, hay un coste añadido de no subirlos que lo marca el precio al que el Estado tiene que pagar la deuda", apunta Díaz-Giménez. Pero lo cierto es que tiene efectos recesivos.

HASTA 5.000 MILLONES El Ministerio de Economía, que se guarda en la recámara nuevas alzas tributarias en el futuro, estima que el incremento del IVA aportará más de 5.000 millones de euros. Pero los expertos no son tan optimistas.

En cualquier caso, "la teoría económica y subidas anteriores indican que lo más normal es que el impacto se reparta al 50% entre el precio final y los márgenes", es decir, entre consumidores y empresas. Así, el precio final en los productos gravados a partir del 1 de julio con el 18% será el 0,86% superior y el 0,47% para los del tipo reducido, según expertos tributarios. Las organizaciones de consumidores estiman que el alza costará 300 euros por familia.

El gravamen al consumo en España, aun después de la subida, seguirá por debajo de la media de la UE, el 20%. Tras el alza, la media será del 20,1%.