La decisión del Partido Popular de abrirse a negociar un Pacto de Estado en energía a cambio de que el Gobierno suspenda la subida de la luz de julio ha tomado por sorpresa al Gobierno. Pero los populares ya han dejado claro que su objetivo es rentabilizar que el Ejecutivo haya "aceptado" su petición.

"Es positivo que se haya tomado esa decisión, que yo pedí en una pregunta oral en el Congreso hace pocas fechas", se congratuló ayer su presidente. Mariano Rajoy dejó claro, eso sí, que considera un "desastre" la política económica.

Una vez apuntado el tanto de la tarifa en su casillero, aclaró que su objetivo ahora es tener éxito en su gran apuesta en materia energética: lograr que el Gobierno se desdiga y revoque el cierre de la central nuclear de Garoña (Burgos). Hay que pactar, dijo Rajoy, una política energética sin "prejuicios ideológicos".

No lo va a tener fácil. "El Gobierno desde luego está abierto, pero todos tendremos que ceder algo para llegar a ese acuerdo", advirtió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

La ubicación del Almacén Temporal Centralizado de residuos nucleares será clave. La número dos del PP y líder del partido en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, rechaza que se sitúe en su región pese a la posición de su partido respecto al tema nuclear. El Gobierno autonómico del PSOE está de acuerdo.

SOSPECHAS En el Ministerio de Industria se teme que el cambio de postura del PP sea una cortina de humo, sobre todo tras el precedente del fracaso de las negociaciones en materia educativa. Se sospecha que podría tratar solo de apuntarse un tanto de cara a los electores y a Europa, pero que al final bloquee el acuerdo.