En su último discurso como director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato afirmó ayer que existe el riesgo de una "caída brutal" del dólar a causa de la pérdida de confianza en los activos cotizados en esta moneda. "Es posible que las perspectivas de crecimiento de los países que optaron por una tasa de cambios flexible, incluida la zona euro, sean afectados por la apreciación de su moneda", agregó Rato en su intervención ante el Consejo de Gobernadores del FMI.

En su despedida oficial --será relevado el 1 de noviembre por el francés Dominique StraussKhan tras presentar su dimisión por motivos personales--, Rato se dedicó a analizar las consecuencias de las turbulencias financieras iniciadas el pasado verano a causa del desplome del mercado inmobiliario estadounidense. "En los últimos meses hemos atravesado un terremoto en los mercados del crédito", dijo el exvicepresidente español, quien añadió que existe un riesgo de "réplicas" y que los efectos de esta crisis solo serán percibidos con el paso del tiempo.

Así, Rato afirmó que el crecimiento económico mundial debería continuar, pero a un "ritmo más lento" del que se ha registrado en los dos últimos años a causa de los riesgos ante los que se enfrenta la economía mundial. Entre ellos, el todavía director gerente del FMI citó la incertidumbre por los efectos de la crisis inmobiliaria de Estados Unidos y de "los problemas vinculados a los créditos hipotecarios de alto riesgo".

INCERTIDUMBRE "No solo están en peligro las entidades en Estados Unidos, sino también bancos en Alemania y en el Reino Unido, prestatarios en Europa Oriental y, en última instancia, exportadores en Asia y Africa", aseguró. Otra causa de incertidumbre es la inflación, que se ve favorecida por el encarecimiento del petróleo y de los productos alimentarios.

En su última intervención, Rato --que calificó de "uno de los mayores honores" de su vida haber dirigido el FMI-- también se refirió a la reforma de la distribución de poder dentro del FMI. "Desde luego, el proceso de reforma tiene que ser completado, y nosotros no deberíamos subestimar los desafíos y los compromisos que implica. Creo que los miembros aceptarán el reto", dijo Rato, quien insistió en una idea que ha repetido este pasado fin de semana durante la reunión anual del FMI y del Banco Mundial: "El proceso de reforma es un maratón, no un esprint".

Los países emergentes y en vías de desarrollo se han lamentado este fin de semana de que estas reformas no han avanzado a la velocidad que ellos quisieran para acabar con el dominio de EEUU y Europa.